Para quien no se encuentre familiarizado con los procesos y actividades que ocurren en el suelo quizás les resulte algo extraña esta afirmación. Al igual que los seres humanos respiramos para poder continuar con nuestra actividad metabólica, la fauna microbiana del suelo hace lo propio.
Este parámetro, fundamental en el proyecto, es indicador de la salud del suelo y fundamental para la sostenibilidad de los agroecosistemas, así como para la resiliencia a la sequía. La respiración del suelo procede de la actividad micriobiana del mismo por lo que, una mayor tasa se traduce a una mayor comunidad microbiana que participa en los ciclos de nutrientes y descompone la materia orgánica poniendola a disposición de los cultivos.
La comunidad microbiana y por ende la respiración se ven afectadas por diversos parámetros como la humedad y la temperatura, aspectos que veremos en próximas publicaciones.